En América Latina, la necesidad económica obliga a
algunas mujeres a dedicarse a la lucha libre. Las 'mamachas' peruanas y
bolivianas se ven obligadas a subir al cuadrilátero para sacar adelante a
sus familias.
En América Latina, la necesidad económica obliga a algunas mujeres a dedicarse a la lucha libre. Las 'mamachas' peruanas y bolivianas se ven obligadas a subir al cuadrilátero para sacar adelante a sus familias.
Los violentos combates a veces les dejan graves heridas. Las peleas
pueden tornarse muy violentas y a veces les dejan lesiones de diferente
gravedad, pero para las 'mamachas' es la única forma de mantener a sus
familias.
Marlene, de 42 años, es madre de cinco hijos y una luchadora de la
vida, en el sentido más amplio de la palabra. Pese a trabajar en una
popular feria de Lima, también se gana la vida de un modo poco habitual
para las mujeres.
Pelear no es precisamente su vocación. Aceptó una propuesta de un canal
de televisión para ponerse protector y guantes de boxeo por la
necesidad económica.
"Nos llevaron de la feria para hacer la propaganda de un canal de
televisión. Entonces nos pusieron a pelear. Ahí fue cuando nos
agarramos. Solamente era por veinte minutos porque la televisión no te
da mucho tiempo", dice la luchadora Marlene Apaza.
Marlene no es la única. La lucha libre femenina llegó primeramente a
Bolivia en el año 2000 como parte de un espectáculo popular que se
ofrecía en un club de La Paz. El éxito fue tal que el show trascendió
las fronteras y pasó de las 'cholitas' bolivianas a las 'mamachas'
peruanas, e incluso hubo un campeonato entre los dos países.
El fenómeno se convirtió también en un atractivo para los turistas
extranjeros, al punto que la directora de cine norteamericana Betty Park
filmó el documental "Mamachas del ring".
"Los espectáculos de lucha libre habían comenzado a declinar en el año
2000. Entonces un empresario del boxeo decidió innovar el show
introduciendo a luchadoras mujeres como algo cómico. Pero el fenómeno
escapó a su control y cobró una enorme popularidad por sí mismo", dice
la documentalista Betty Park.
Los espectáculos de las 'cholitas' y 'mamachas' boxeadoras se han
convertido así en números con gran adhesión tanto en Bolivia como en
Perú. Y muchas luchadoras tienen sus grupos de seguidores.
"Lo que más me atrajo de las 'cholitas' que boxean es la pasión que
tienen para defenderse y no solo en un ring, sea frente a un hombre que
las insulta en la calle o en la fuerza con que luchan para defender sus
decisiones personales. Ponen todo lo que tienen", comenta documentalista
Betty M. Park.
Pero las batallas en el ring pueden tornarse a veces realmente
violentas y las luchadoras a menudo sufren lesiones graves. Es el precio
que pagan para mantener vivo el interés del público que las sigue.
Deporte o solo un espectáculo, las 'mamachas' que boxean son una
demostración de la fuerza y de la garra de un pueblo. Su condición
femenina no es un obstáculo para practicar este deporte ya que estas
mujeres aprendieron a luchar también en la vida para sacar adelante a
sus familias.
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